El maridaje es algo a lo que estamos muy acostumbrados en el mundo del vino pero no así en el mundo cervecero.
Tenemos que hacer referencia, de nuevo, a lo mal acostumbrados que nos tenía la industria hasta la llegada del movimiento artesanal. En ningún bar o restaurante sentían la más mínima preocupación o intranquilidad por ofrecer un maridaje correcto con nuestra cerveza, al fin y al cabo, la función de la cerveza no era ofrecer una experiencia gastronómica completa al consumidor sino, simplemente, resfrescarlo.
Por suerte, con el paso de los años y con el movimiento artesanal e independiente cada vez más asentado en España, no es extraño ver locales especializados que ofrecen no sólo una gran variedad de cerveza sino también una buena carta de restauración con la que maridar nuestra elección de cerveza, y lo más importante, personal con formación que nos asesore en la elección.
Hoy vamos a intentar orientaros en este inmenso mundo complementario a la cerveza artesana e independiente que es el maridaje.
¿Qué es el maridaje?
Pues atendiendo a la definición de la RAE es la unión íntima o armoniosa de dos cosas entre sí.
Así de simple, o no, porque esta definición encuadraría únicamente el “maridaje por afinidad” en el que sabores, aromas y sensaciones se complementan y apoyan mutuamente, y no así el “maridaje por contraste” en el que unos sabores, aromas y sensaciones pueden incrementar o reducir otros, por tanto, cuando hablamos de maridaje gastronómico seria mejor hablar de experimentar con la unión entre bebida y comida para ofrecer una experiencia completa al consumidor.
Para esto es importante conocer las características organolépticas de la bebida y la comida. En ambas podríamos agruparlas en cuatro categorías que interaccionan entre ellas y son las encargadas de ofrecernos la experiencia gastronómica completa: Los sabores primarios (dulce, salado, ácido, umami, amargo), los sabores y aromas secundarios (fruta, ahumado, cereal, especias, vegetal, madera, frutos secos, torrefacto, etc), las sensaciones y la intensidad (textura, cuerpo, carbonatación, temperatura, grado alcohólico).
¿Cómo practicar el maridaje?
Eso que muchas veces has escuchado en la cocina de “salado con salado” o “dulce con dulce” es la base de la pirámide o el principio básico del maridaje por afinidad, porque el maridaje es mucho más interesante cuanto mayor es el abanico de posibilidades y combinaciones.
Ya sea un maridaje por contraste o un maridaje por afinidad es muy importante mantener el equilibrio y que ninguno de los sabores, aromas o sensaciones destaque sobre los demás. No hay que olvidar que lo que se busca es una armonía.
Con una simple búsqueda por internet encontraréis muchas páginas que os indican los maridajes más comunes o más “exitosos” según cada estilo.
Ya nos conocéis y nosotros huimos de lo “estandarizado”, además al maridaje de un estilo y comida determinado habría que maridarle el siguiente plato y/o cerveza, y así sucesivamente, así que para que experimentéis libremente os vamos a dejar una pequeña correlación de interacciones básicas para que tengáis algunas nociones si queréis iniciaros en el mundo del maridaje.
- El dulce se complementa con dulce y umami, y contrasta con taninos, amargo, tostado o ácido.
- El salado se complementa con el umami, aumenta/potencia el dulce y los taninos, y contrasta con tostado.
- El ácido disminuye/corta tanto al ácido como al salado.
- El amargo disminuye/corta al amargo, dulce y umami, y aumenta/potencia los taninos.
- El tostado disminuye/corta el ahumado y aumenta/potencia el amargo y los taninos.
- El ahumado complementa con dulce y salado.
- La carbonatación disminuye/corta tanto el dulce, salado, umami, ácido y amargo y aumenta/potencia el ahumado.
Seguro que se nos olvidan más interacciones pero como ya os hemos dicho, lo mejor, es probar por vosotros mismos y crear vuestras propias “experiencias de maridaje”. No es lo mismo comenzar con una Kölsch y unos entrantes vegetales, continuar por una Scottish con salmón ahumado y terminar con una Barley Wine y un queso azúl. Que comenzar por una American Wheat con tempura, seguir por una Old Ale con cordero asado y terminar con una Sweet Stout y bizcocho.
Imaginad la cantidad de combinaciones que se pueden realizar y negadnos que las probaríais todas!
***
¿Qué os parece el maridaje cervecero?¿Tenéis ganas de experimentar o alguna experiencia que contarnos?
Como siempre, os invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales y dejar vuestros comentarios y apreciaciones.
Salud y buenas birras!