Analizando el agua, la dureza

Cuando hablamos del agua nos encontramos con dos parámetros indispensables de analizar antes de preparar nuestra cerveza. Estos son la dureza y pH. Hoy hablaremos del primero.

En general se puede decir que las aguas blandas son ideales para cervezas claras y las aguas duras para cervezas oscuras.

Pero, ¿qué es la dureza?

Es la concentración de sales, principalmente de magnesio y calcio que se encuentra en nuestra agua. El agua denominada comúnmente como “dura” tiene una elevada concentración de dichas sales y el agua “blanda” las contiene en muy poca cantidad.

La dureza del agua se expresa de muchas maneras, pero la medida más común es partes por millón o ppm. El agua se clasifica libremente en incrementos de 100.

De 0 a 100 ppm se considera muy blanda. De 100 a 200 ppm son aguas blandas, de 200 a 300 ppm son aguas medias, de 300 a 400 ppm son aguas duras y de 400 a 500 ppm son aguas muy duras.

Dureza temporal y permanente:

La dureza total del agua se compone de una dureza temporal y de una dureza permanente.

• La dureza temporal es determinada por los carbonatos hidrogenados.

• La dureza permanente es determinada por los sulfatos disueltos en el agua

¿Cómo modificar la dureza del agua?

Podemos encontrarnos en dos situaciones, ante la necesidad de eliminar dureza:

  • Hervir, reposar y decantar. De ese modo podremos reducir la concentración de carbonato de calcio casi a la mitad pero no podríamos eliminar otras sales minerales.
  • Otro modo de reducir la dureza es utilizando un sistema de ósmosis inversa. Que nos dejará un agua prácticamente libre de iones.
  • Y el tercero es la destilación, hirviendo el agua, captando el vapor y enfriándolo obtendremos un agua libre de sales y por tanto lista para empezar de cero con nuestras recetas.

O podemos, por el contrario, encontrarnos ante la necesidad de endurecerla, en cuyo caso se utilizan los siguientes compuestos:

  • Sulfato cálcico o también conocido como sulfato de calcio dihidratado (yeso).
  • Cloruro de calcio.
  • Sulfato de magnesio (sales de Epsom).
  • Cloruro sódico (sal de mesa).
  • Bicarbonato sódico.
  • Carbonato cálcico (tiza)

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Hasta aquí la entrada de hoy.

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Salud y buenas birras!

Rafael E.J.
Homebrewer, Blogger y Craftmaniaco.
Certificado en “Elaboración Profesional de Cerveza Artesana” y “Emprendimiento en microcervecería” por el I.C.A.
Certificado en “Beer: The Science of Brewing” por KU Leuven University (edX)

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