Sabemos que estamos un poco desaparecidos, pero el camino hacia la “nueva normalidad” nos tiene más ocupados que de costumbre. La entrada de hoy no tiene nada que ver con el contenido habitual del blog, hoy no os vamos hablar de elaboración de cerveza casera ni recetas, tampoco vamos a hablaros de cerveza artesana, no os traemos diseños cerveceros ni noticias de actualidad.
Hoy hago este artículo como simple anécdota y para compartirlo con vosotros, pues, porque sí.
Total, me he encontrado mi cuadernillo de recetas de hace años, y entre risa y risa, me he propuesto pasarlas todas al Beer Smith.
Más allá de la inutilidad de apuntar recetas de kit 100% que directamente he tirado a la basura, hay auténticas aberraciones.
Os cuento algunas: lagers a temperatura de fermentación ale, cáscara de fruta sin estirilizar y arrojada semanas al fermentador, lúpulos de amargor en aroma, Dry hoppings de 15 días, anotaciones de levadura “media” (ni alta ni baja, media, con dos *****, jajaja).

Las iré pasando a ratos y creo que algunas de cuando di el primer gran salto de elaborar con extracto a todo grano, intentaré arreglarlas y ver que es lo que consigo hacer ahora.
De aquellos tiempos vienen algunas recetas actuales que a base de machacar la receta y afinarla han terminado siendo muy buenas cervezas, quien sabe si se podrá hacer algo con estas.
Como podéis ver en la captura muchas ni siquiera voy a tener narices a colocarlas en estilos concretos, jajaja. Algunas llevan hasta el nombre de la marca que hace tiempo se me ocurrió para un futuro en el que me imaginaba con mi propia marca cervecera.
En fin, todo homebrewer tiene un comienzo, y probablemente el 99,9% tengamos de qué avergonzarnos.
¿Por qué no nos cuentas anécdotas de tus comienzos y nos reímos juntos? Sean anécdotas homebrewer o sobre cerveza artesana ¡Te leemos!