Artículo de opinión.
Hoy todo el mundo del sector habla sobre la gala de premios que se realizó extraordinariamente online el miércoles y el jueves por la situación actual de confinamiento.

Empezamos a escribir este artículo con la intención de no ir más allá de felicitar a todas las micros, nanos y marcas artesanas e independientes premiadas (podéis consultar el listado de premios aquí).
No queríamos hablar mucho más de un concurso que, para nosotros, cada año, pierde aún más ese espíritu que lo hacía interesante y un referente para los/as amantes del craft nacional.
Pero creemos que debemos explicar nuestra opinión y postura como amantes y defensores de la auténtica cerveza artesana e independiente.
No es nuestra intención desprestigiar este concurso, ni a la organización, ni a los jueces, que han hecho y dado mucho por la cerveza craft durante años, pero sí poner los puntos sobre las ies en un sector cada vez más golpeado y hundido y dónde vemos, no sin indignación, como la industria se abre paso libremente sin que nadie le plante cara.

Empezando por lo básico, ver entre los premiados a marcas multinacionales tira por tierra toda la ilusión con la que asistimos y presenciamos la entrega de estos premios.
Es indignante.
Durante estos días en twitter se ha visto de todo, y todo respetable. Personas que defienden que sea un concurso abierto a cualquier cerveza ya que es un concurso que “simplemente” valora las cualidades organolépticas de la cerveza sea quien sea el productor. Por otro lado, personas que pensamos que si organizas un evento enmarcado como “la mayor fiesta del craft nacional”, debes acotar claramente lo que se considera craft y lo que no, porque sino, surgen malas interpretaciones, confusiones, etc. Que a quien dañan, definitivamente, es al sector artesanal e independiente que no tiene ni el músculo económico ni de marketing que tiene el industrial. Por otro lado los que no les importa nada de nada.
Nuestra opinión personal es que en una competición no puedes mezclar churras con merinas. Por hacer un simil que se nos ocurrió en una conversación de twitter. Una moto y una bici no pueden competir en un mismo campeonato. Los pilotos pueden ser magníficos, habrá bicis que incluso sean más atractivas visualmente y en estilo que algunas motos, pero el equipo con el que compiten no puede compararse en absoluto.
Lo mismo sucede con la cerveza, es necesario más que nunca entender la diferencia entre Cerveza Artesana e Independiente y Cerveza Industrial. Resumiendo, ni el capital económico que manejan los productores es el mismo, ni la capacidad de producción es la misma, ni el equipo de producción es el mismo, ni el equipo humano es el mismo, ni la trazabilidad/estabilidad del producto es el mismo, ni el espíritu de producción es el mismo. En definitiva, hablamos de dos productos totalmente distintos que por el momento no tienen ninguna distinción a nivel legal. Es precisamente esta ausencia de acotación legal la que permite a los grandes grupos cerveceros campar a sus anchas por el sector e introducir su producto como si de artesanal se tratase confundiendo así a los consumidores, y a esta confusión se suma ahora un evento prestigioso del craft nacional.
Como mínimo, indignante.
No nos enrrollamos más, aún así es gratificante ver microcerveceras y marcas nómadas totalmente artesanales e independientes premiadas y por delante de las que se presuponen las “cerveceras tradicionales españolas”. Enhorabuena a todas ellas, pues son las que realmente mantienen el sector craft y las que merecen los aplausos.
Para que el sector artesanal se respete, hay que hacerse respetar, y eso comienza en todos nosotros, los consumidores. No aceptéis productos que no dan la talla sólo por una nueva etiqueta o una campaña publicitaria millonaria. Bebed con moderación y para disfrutar de lo que bebéis y la experiencia que cada maestro cervecero os ofrece, entonces entenderéis a lo que nos referimos.
Larga vida al Craft.
Salud y buenas birras.